lunes, 24 de julio de 2017

Reseña de "Hellblazer" de Jamie Delano

“El mal golpea con fuerza el corazón del mundo: el espíritu del hambre devora Nueva York, el demonio Nergal azota Newcastle, brókeres diabólicos juegan a la bolsa con el alma de Londres, y la horrorista deja un rastro de dolor y muerte a su paso por Estados Unidos.
Sólo un hombre parece poseer las habilidades y los conocimientos necesarios para revertir tan caótica situación. Se llama John Constantine y domina como nadie las artes de lo oculto. El problema es que, antes de luchar contra todos esos demonios, tendrá que enfrentarse a los suyos propios.”
Hellblazer es una serie de la editorial DC dentro del género sobrenatural en la que su protagonista, John Constantine es un mago capaz de comunicarse con espíritus y demonios. Jonh Constantine apareció por primera vez en 1985 en la serie La cosa del pantano guionizada por Alan Moore.

Ante el éxito del personaje, la editora Karen Berger sugirió la idea de hacer una serie con él. En 1988 tuvo su propia cabecera a cargo del guionista Jamie Delano, quien sentaría las bases del personaje y su universo, y del dibujante John Ridgway (El hombre muerto). Posteriormente, la editorial crearía el sello Vertigo para la publicación de series que se apartaran más del universo DC y que tuvieran un estilo más adulto debido a su contenido de suspense, horror, sexo y violencia. Y fue a esta línea donde pasarían las historias de Hellblazer hasta su número 300.
Aunque hablaré de más etapas del personaje, esta primera reseña que hago sobre él está centrada en los números escritos por Jamie Delano (Batman, Manbat). Si en algo se puede caracterizar la etapa de Delano en Hellblazer, es ante todo por su crítica tanto social como política. En cuanto al aspecto paranormal de la serie, a veces ausente, destaca la plasmación en ella de sus ideas matriarcales y su creencia en antiguas religiones lunares y cultos a la Madre Tierra, ya que están reflejadas en casi todos los números.
Que nadie espere ver a un héroe arquetípico; John Constantine es cobarde, mezquino y manipulador. Un ser autodestructivo que destroza las vidas de quienes le rodean. Un mago espiritista que haría un pacto con el Diablo mil veces antes que con Dios. Entonces, ¿qué es lo que le mueve a luchar contra los demonios? Desde luego, salvar a la humanidad no es su motivo principal, puesto que para él esta motivación carece de emoción. Precisamente, es esto último lo que le motiva a pelear contra demonios: necesita sentir la adrenalina que no siente en una, para él, realidad insulsa y carente de sentido.
Sin embargo, aquí es donde Delano muestra toda su paradoja: John Constantine, un tipo al que cualquier persona le importa un pimiento, pero está en contra de la energía nuclear, del racismo, contra el privilegio de unas élites como es la monarquía y confraterniza con un grupo de ecologistas/pacifistas. ¿En serio? Comprendo que un autor quiera reflejar sus ideales en un personaje, pero lo hace de un modo que más parece “porque sí”, “porque es lo correcto” o porque “es lo que se espera hoy de un guionista de cómics”.
Página de The Horrorist dibujada por David Lloyd
La historia es descorazonadora, mostrando crueldad a ratos. También humor negro por parte de su protagonista, aunque debería decir mejor “humor inglés”, de esa clase que a veces pasa desapercibido, pero que está ahí, de forma irónica y dando aguijonazos donde más duele.
Hay tal pesimismo en la humanidad que se destila misantropía. Delano nos presenta un Londres de los años ochenta más siniestro si cabe que el de la época victoriana. Para el personaje, la vida cotidiana es gris, pues sólo hay que preocuparse del sustento y de encontrar un lugar de descanso, paradójicamente cosas que Constantine necesita y de las que anda escaso casi siempre.
Todo este desprecio/pena por la sociedad inglesa, esa oscuridad reflejadas en los números de la etapa Delano viene por 18 años de gobierno del partido conservador de Tatcher, por esa impotencia y rabia que sentían aquellos jóvenes guionistas que no veían cumplidos sus deseos de un cambio de gobierno en todo ese tiempo. De hecho es algo que se puede ver en la minisaga Sangre mala, la cual está inspirada totalmente en dos sucesos que ocurrieron en 1997: la muerte de la princesa Diana y el regreso de los laboristas de la mano de Tony Blair. Algunos pensaban que estos dos hechos terminarían con más de mil años de monarquía en Inglaterra, idea que da pie a la ambientación de Sangre mala, una historia futurista donde vemos a un John Constantine septuagenario.
De modo que, aquellos que esperen ver una serie al estilo de Doctor Extraño, quizá se sientan algo decepcionados; sin embargo, los que busquen historias que mezclen horror con mucha crítica social, este es un cómic recomendable.
La etapa de Jamie Delano en la serie Hellblazer está publicada por ECC cómics en los tomos I, II y III de la colección Hellblazer. Novelas gráficas en la línea Vertigo, la cual está encuadernada en tapa dura. Incluyen la serie limitada The Horrorist (1995), las sagas La máquina del miedo, Hombre de familia, Mala sangre, el relato El gánster, la puta y el mago y como guinda Hellblazer: Pandemonium, una novela gráfica ambientada en Irak en la que Constantine se enfrenta al demonio Nergal y que reflejaba los miedos e inseguridades provocados por los atentados del 11-S.
Asimismo, también incluye historias más breves escritas por Grant Morrison, Dick Foreman y la breve Abrázame, de Neil Gaiman, capaz de sacar el lado más misericordioso de John Constantine, así como la miniserie Ideas retorcidas de Eddie Campbell.
Título: Hellblazer.
Autor: Jamie Delano.
Editorial: ECC.
Páginas: 540 páginas por tomo aproximadamente. Color.

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