sábado, 10 de junio de 2017

Reseña de "Creepy" de Toutain Editor

Creepy fue una revista española publicada por Toutain Editor inspirada en la americana Creepy de Warren Publishing Co., aunque con un intento de hacerla más europea. Josep Toutain (1932-1997), antiguo dibujante, se dedicó a la labor de agente que suministraba material para diferentes revistas ya fueran españolas o extranjeras. Así nació la agencia Selecciones Ilustradas. Al tiempo, decidió embarcarse en la tarea de editor, fundando la revista 1984 y poco tiempo después Creepy, ambas versiones españolas de sus homónimas de Warren. Esta última apareció en 1979, la década en la que en España comenzaran a tener cierto éxito películas de terror de producción propia y co-producciones, de la mano de Paul Naschy o Jesús Franco.
Creepy recibía material de Selecciones Ilustradas y de la Creepy americana y combinaba la publicación de historias propias con la adaptación al cómic de clásicos, como La caída de la casa Usher, Drácula o El color que cayó del cielo. Todas ellas tenían claras inspiraciones de Poe, Lovecraft, Bradbury, Robert E. Howard, Oscar Wilde o Gustavo Adolfo Becquer, entre otros escritores.

Con el tiempo, fue incluyendo historias bíblicas, de la mitología y leyendas y fantasía, que nada tenían que ver con el terror o el horror, por lo que tuvo que cambiar su cabecera “La mejor publicación mundial de terror” por la que la acompañaría hasta prácticamente el cierre de la publicación: “El cómic del terror y lo fantástico”. Incluso a partir de cierto número, incluiría historias de novela negra en detrimento de las de terror, casi todas ellas cargadas con una cierta dosis de erotismo característico de la época.
No deja de ser curioso el notable pesimismo inherente en muchas de sus historias, reflejadas en la amenaza constante de una guerra nuclear, una sociedad de individuos crueles o finales desesperanzadores; en un ambiente que correspondía a una época de más poder adquisitivo y libertad de expresión es ilógico que se reflejara en las historias una atmósfera más lúgubre si la comparamos con décadas anteriores, donde se supone los autores estaban más reprimidos. Aunque viéndolo desde una perspectiva actual, sería el prólogo de un tiempo (el que vivimos) con pocos valores y menos esperanzas de futuro.
A lo largo de sus 99 números y seis almanaques pasaron autores como Neal Adams, Archie Goodwin, Richard Corben, Wally Wood, Bernie Wrighston, Carmine Infantino, Alex Toth, Eugene Colan o Steve Ditko. En cuanto a los autores patrios aparecieron Carlos Giménez, Miguelanxo Prado, Esteban Maroto, Pepe González, José Maria Beà, Rafael Auraleón, José Ortiz y muchos otros que tuvieron su importancia en la década de los 70. En realidad, fue labor de Selecciones Ilustradas de Toutain que estos artistas nuestros se dieran a conocer internacionalmente gracias a la exportación de sus trabajos por parte de la agencia.
Portada del mítico número #0 con el que empezó la serie

Un punto a resaltar fueron los concursos que organizó Toutain para jóvenes noveles en el mundo del guión y el dibujo, centrándose en el terror y la fantasía para el concurso Creepy y de donde surgieron autores que hoy en día podrían ser conocidos: Joan Boix, José Antonio Calvo, Rafael González,  Juan Carlos Martín o Manuel Mota. Las historias ganadoras y finalistas del primer concurso fueron publicadas en un número especial, un detalle por parte de la editorial a tener en cuenta. Posteriormente, se organizarían otros concursos a través del cual los ganadores vieron sus obras publicadas en la revista mensual. Desde luego, fue una manera de llenar el hueco que dejó la cada vez mayor escasez de historias importadas de la Warren a la vez que daban a conocer nuevos valores en el mundo del cómic.
El número especial donde se publicaron las historias ganadoras del concurso

Durante la vida de la revista, además de las historias publicadas, aparecieron muchas que fueron seriadas en varios números. He aquí una breve reseña de algunas de ellas:
Vida en otro planeta de Will Eisner (B/N). Una de las mejores historias publicadas en la revista, aunque con un argumento centrado en el espionaje y la política durante la Guerra Fría. Quizá, lo único que la puede ligar a la publicación fuera su pequeña dosis de ciencia-ficción. Durante plena Guerra Fría, un centro astronómico recibe un mensaje extraterrestre de un planeta cercano al Sistema Solar. Este hecho no tarda en desencadenar la codicia de los hombres de negocios y avivar aún más las rivalidades políticas, tanto dentro de los E.E.U.U. como a nivel internacional. Tanto el guión como el dibujo, ambos de Eisner, son de gran calidad. Este cómic está reeditado por Norma Editorial en un único tomo y a color, y en mi opinión es muy muy recomendable.
Bloodstar de Richard Corben (B/N), quizá la más desconocida de sus obras y el autor más recurrente por la revista. Fue realizada para Morning Star Press e inspirada en The Valley of the Worm de Robert E. Howard. Mezcla fantasía y futuro apocalíptico. En un futuro próximo, un pequeño planeta colisiona con la Tierra provocando el fin de la civilización. Los pocos supervivientes darán lugar a tribus que viven en una especie de edad del bronce, y es en este ambiente donde se narra la historia de Bloodstar. Su estilo de fantasía con inspiraciones de Lovecraft es el motivo por el que se incluyó en la revista. La historia no está mal, es entretenida, aunque el dibujo, hecho por el mismo autor, es un poco tosco, característica que sin embargo lo hace adecuado para la historia. Posteriormente fue recopilada en un único tomo con dibujo a color.
Vampirella de Rich Margopoulos y Pepe González (B/N). Historias bastante mediocres que no gustaron al público. Este, incluso pedía en las cartas a la revista que retirara la serie. Sin embargo, el dibujo de Pepe González era bastante bueno. Su regularidad en la revista se canceló cuando Warren Publishing Co. que era la que tenía los derechos, cerró.
Historias negras de Alfonso Font (B/N). Una serie de historias cortas autoconclusas de humor negro, con mensajes bastante críticos. El dibujo, de bastante calidad, también corría a cargo del mismo autor.
Torpedo 1936 de Sánchez Abulí (B/N) eran historias negras y de crimen basadas más en el fatalismo que en el terror. La razón por las que fueron incluidas en la publicación fue porque este género se puso de moda en la época, aunque los editores de la revista argumentaron también que sus personajes podían dar más miedo que los vampiros o los hombres lobo. Tanto las historias como el dibujo eran de gran calidad, pero en mi opinión (que coincide con la de varios lectores de la época), no la veo en una publicación cuyo eslogan en la portada es “El cómic del terror y  lo fantástico.
Sabre de Don McGregor y Paul Gulacy (B/N). En un futuro próximo, una crisis energética hace que surja un régimen tiránico a nivel mundial. Sabre es un rebelde que luchará contra los líderes y mercenarios a sueldo del poder establecido. El personaje recuerda a V de Vendetta con la apariencia de Power Man. El dibujo de Paul Gulacy (Star Wars: Imperio carmesí, Batman: Presa) es bueno, pero el guión es bastante confuso, a pesar de que la historia prometía. La serie no fue del agrado de muchos lectores, tanto por la confusión de la historia como por ser una serie más propia de la revista 1984. Originalmente fue editada por la editorial Eclipse.
Drácula de Fernando Fernández (Color). Adaptación libre (y en mi opinión bastante buena) de la novela de Bram Stoker. De las mejores series que publicó Creepy, una auténtica maravilla. El dibujo, con color a la acuarela, obra también de Fernández, es magnífico. Fue publicada en el extranjero. En 2004 se reeditó en un único volumen por la editorial Glénat, y a día de hoy sólo se puede conseguir en el mercado de segunda mano.
Hunter de Mike Ratera (B/N). Una historia de un asesino en serie primo hermano de Jason Voorhees que mata a todo el que pille realizando un acto sexual, incluso violador/víctima. La historia tiene un desenlace abierto pero interesante. El dibujo es un tanto hosco, pero refleja bastante bien la crudeza de los asesinatos. Un serial que no está nada mal.
La maga. Esa pálida señora siniestra de Eugenio Mandrini y Gustavo Trigo (B/N). La Muerte se vale de tres cadáveres resucitados para reclamar el alma de la maga, una mujer con poderes sobrenaturales. Una historia que se publicó en cinco números con bastantes toques de filosofía y terror romántico clásico. Los dibujos de Trigo son bastante buenos.
Los mitos de Cthulhu de Norberto Buscaglia y Alberto Breccia (B/N). Adaptaciones de los relatos de H. P. Lovecraft que la revista fue publicando en varios números. El problema es que más que una adaptación resultaba ser un traspaso literal del cuento al cómic, con lo que el lector se encontraba con enormes cuadros de texto que copiaban casi en su totalidad los cargados párrafos de Lovecraft. Entre este detalle y los confusos dibujos abstractos de Breccia, que quizá sirvieran para retratar lo indescriptible de algunas de las criaturas del universo de Lovecraft, hacían una lectura bastante pesada.
La zorra de Nicola Cuti (B/N). Historias independientes en las que su protagonista, la princesa china Sha-Ming tiene el poder mágico de convertirse en una zorra. Estas historias son de una calidad media regular, en las que el único elemento fantástico es el poder mágico de transformación de su personaje. Sus tramas se centran casi siempre en conspiraciones palaciegas de la familia real. Al igual que con Vampirella (ambas importadas de la Warren), el público pedía a la revista su cancelación. Comentar esta serie viene más relacionado con lo que ocurrió con la Creepy de Warren que con la calidad de dicha serie.
Página del último número de la primera edición de Creepy donde, con su estilo de humor, se despedían de los lectores

A principios de los 80, mientras la Creepy de Toutain Editor se encontraba aproximadamente en su apogeo en nuestro país, la homónima useña había dejado de publicarse debido a que Warren Publishing Co. había cerrado sus puertas. Jim Warren, el que fuera fundador (y alma) de la compañía dejó su labor de editor, dejando (según decían) la editorial en manos de los empleados. Estos, o no supieron o no pudieron saber llevar la empresa como la llevó Warren. El caso es que la Warren Publishing Co. quebró, con la consiguiente cancelación de revistas como Creepy, Eerie o Vampirella. No obstante, la calidad de sus historias fue decayendo en los últimos momentos, hasta el punto de que en algún que otro número nuestra Creepy patria sólo llego a importar La zorra como única historia con copyright de la Warren.
¿Es entonces esta la causa de la desaparición de Creepy de Toutain Editor? Mi opinión es que no, pues la serie de nuestro país continuó publicándose unos años más. Además, es notorio el esfuerzo de la editorial por publicar buen material, hasta el punto de reducir las páginas a color por no encontrar historias de terror decentes a color y sí en blanco y negro. No era infrecuente que en los editoriales de la revista se comentara la dificultad de mantenerla en el mercado debido a la escasez de ideas para historias de terror y más aún de calidad, dificultad que Toutain no tenía para 1984 (Zona 84).
Creepy se despidió con el número 79 en 1985, pero en 1990 volvió a salir con nueva numeración aunque sólo se publicaron 19 números, teniendo una vida más corta que la primera edición. Es posible que la segunda cancelación de la revista tuviera que ver con la crisis de los cómics de los años 90, pero es algo que no se puede afirmar con seguridad.
Portada del primer número de la segunda edición

Planeta DeAgostini es la editorial que se ha encargado de la recopilación en orden cronológico de Creepy, pero con una de cal y otra de arena. Lo bueno: la presentación estupenda en tomos de tapa dura que recopila varios números en un sólo libro. Además, podremos ver las portadas y contraportadas de cada uno de los números, así como las cartas de los lectores, eso sí, americanos, ya que el material que toma es el de Warren. Este formato lo toma a su vez del que Dark Horse ha hecho para la reedición de todo el material. Lo malo: que por algún motivo se han plantado en el tomo 14 dejando una colección inconclusa. 
Sin embargo, hubo un momento en el que el material de Toutain Editor llegó a ser prácticamente propio, y ese sólo es posible de encontrar en el mercado de segunda mano.
En definitiva, no todas las historias publicadas eran buenas, llegando a una calidad nula varias de ellas, pero había algunas que si merecían la pena, bien por la calidad del guión, bien por la calidad del dibujo, bien por ambos.
*QUIERO AGRADECER A PEDRO RODRÍGUEZ RUIZ DE ENPORTADA CÓMICS DE MÁLAGA Y A BERNABÉ NAHARRO SANZ DE KOKORO MANGAS DE MÁLAGA SU AYUDA PARA LA ELABORACIÓN DE ESTE ARTÍCULO.
Título: Creepy.
Autor: Varios.
Editorial: Toutain Editor.
Páginas: 54 páginas por número aproximadamente. B/N.

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