sábado, 3 de noviembre de 2018

Reseña de "Puntos de experiencia" de Josep Busquet y Pere Mejan

“En la vida se juega sin dados y sin hoja de personaje.
Tras su divorcio, Alberto se encuentra lejos de sus hijas, solo y amargado, hasta que se reencuentra con los amigos de la juventud, su grupo de jugadores de rol. A través de esas partidas, Alberto vuelve a conocerse a sí mismo como la persona que siempre fue.”
Puntos de experiencia es un cómic que narra una historia cotidiana, pero tan bien, que en mi opinión es lo que le hace ser una novela gráfica interesante en la que su título guarda un doble sentido, pues puede hacer referencia tanto a los puntos que un jugador de rol va haciendo conforme va consiguiendo ciertos objetivos en el juego, como también a la experiencia que nos va dando la vida, a veces de forma amarga.

Alberto, Juan, Iván, Alex y Luís (sí, Luís es otro personaje, a pesar de no aparecer en todo el cómic) son cinco amigos que desde la adolescencia juegan a rol. A raíz de su divorcio, Alberto retoma la amistad y las partidas de rol de los viernes. Durante estas partidas, veremos a través de los ojos de Alberto, cómo ha ido tratando el tiempo a este grupo de amigos y también se irá mostrando de forma sutil la personalidad de los jugadores en su vida a través de los personajes de juego.
Se nota que los autores, Joseph Busquet y Pere Mejan, saben de lo que hablan; es decir, ellos han sido jugadores de rol, y estoy seguro que algunas de las anécdotas de las partidas que vemos en el cómic les han tenido que suceder. A pesar de tratarse de una historia un tanto triste, utilizan el recurso de las pifias en las tiradas de dados, o las “ocurrencias” de los jugadores para dar un toque de humor a la narración. Al que haya jugado alguna vez a esto del rol, por muy poco que haya sido, se sentirá identificado con ellas, seguro.
Pero no es únicamente anécdotas sobre el mundo de los juegos de rol que vamos a poder ver. Desde la alarma social que casi todos los medios de comunicación, por medio de unos periodistas más interesados en crear polémica que en informar, causaron por la noticia de los asesinatos del mal llamado “juego de rol”, hasta la evolución de las jornadas de este entretenimiento, que pasaron de estar hechas por cuatro mesas hasta ocupar locales enteros con jugadores llegados desde todos los puntos de España.
Un personaje de juego dice mucho de nuestra personalidad
Pero es curioso, precisamente, las partidas de rol como medio para dar a conocer realmente los personajes al lector. Y este cómic me ha hecho ver que los juegos de rol podrían ser un buen método psicológico para descubrir, si no toda, gran parte de la verdadera personalidad de una persona. Pero la connotación infantil que se le ha dado popularmente a la palabra “juego”, como cierta exclusividad de algunos juegos, incluidos los de rol (y quizá en esto también haya influido la misma comunidad de consumidores de estos productos) causa a veces la susceptibilidad e incluso el rechazo por parte de otras personas. Como terminan descubriendo los protagonistas de la historia, lo peor sea quizá cuando ese rechazo viene de sus familiares o parejas.
Además, la obra muestra cómo estos juegos, lejos de ser algo dañino, es el refugio, la pausa a la realidad que algunos jóvenes, y muchos no tan jóvenes, necesitan durante unas horas, aquellas en las que se olvidan de los problemas cotidianos para centrarse en la partida e imaginar ser otro personaje, la mayoría de las veces muy parecidos a ellos mismos. Quizá lo muestre tanto, que cerca del final del cómic, el grupo de amigos pretenderá realizar una acción más bien sacada de una película excusando como experiencia sus vivencias en las partidas. A lo mejor, esto sea una exageración por parte del guionista, pero creo que más de un conocido que termina con victoria una partida de algún juego de mesa sobre recursos se vea a sí mismo capaz de llevar la economía de un país.
Las brujas no solo existen en las partidas de rol
Busquet aprovecha para hacer crítica, quizá de forma discreta, a ciertas leyes que están causando bastante desigualdad en nuestra sociedad. Quizá los protagonistas salgan airosos de un encuentro con hordas de orcos en una de sus partidas la mayor parte de las veces, pero se encuentran totalmente desamparados ante un solo abogado del mundo real. Y es que una ex pareja con mala leche puede ser más temible que el mismísimo Balrog. Porque, aunque en la vida real se juegue sin dados ni hoja de personaje, los puntos de experiencia los ganamos igualmente.
Finalmente, y no menos importante, se trata de un cómic sobre la amistad, de cómo aceptamos a nuestros amigos, no importan los muchos defectos que a veces puedan tener. Aunque no sabemos el tiempo que Alberto ha estado sin tener contacto con su grupo de amigos, sospechamos que pueden ser años; a pesar de ello, retoma su amistad, como si nada hubiera ocurrido, como si la ausencia hubiera sido de unos días o unos meses. Da igual. 
Puntos de experiencia está publicado en nuestro país por la editorial Dibbuks en un tomo encuadernado en cartoné.
Se trata de un cómic muy bueno que recomiendo, y en especial a aquellos que han sido o siguen siendo roleros y para los que piensan que los juegos de rol son cosas de brujería o de yonkis, para que sepan en qué consisten realmente.
Editorial: Dibbuks.
Páginas: 96 páginas. B/N.

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