“En la España de 1957 ser
historietista era un oficio. No eran artistas, eran obreros de la viñeta.
Cobraban a tanto por página –o por viñeta-, trabajaban a destajo, siguiendo
unos patrones establecidos e inamovibles. Renunciaban a sus originales y a sus
derechos de autor a cambio del parné. Y en ese 1957 ocurrió algo que quebró la
monotonía y sembró la esperanza. Cinco extraordinarios historietistas, famosos
por sus personajes, osaron rebelarse.
El invierno del dibujante es una de las poquísimas aproximaciones a esta historia, a la de los
historietistas y sus vivencias. Paco Roca la ha hecho con cariño y respeto,
pero también con verismo y coherencia con lo que explica. No todo es bonito,
pero la verdad es a veces dolorosa.”
El invierno del dibujante cuenta la emancipación de cinco autores españoles con respecto a la
editorial Bruguera para formar su propia revista: Tío Vivo. Estos eran José Escobar (Carpanta, Zipi y Zape),
Guillermo Cifré (El repórter Tribulete,
Cucufato Pi), José Peñarroya (Don Pío, Gordito Relleno), Carlos Conti (Carioco,
Apolino Tarúguez) y Eugenio Giner (El inspector Dan).
Esta
novela gráfica, aunque ambientada en la España de los años 50, bien podría ser la
historia de algo ocurrido en la actualidad y en plena democracia: la lucha de
David contra Goliat, pero con otro final y trasladada al ambiente de las
empresas. Cómo el pez grande termina por devorar al pequeño.
Sin
embargo, Paco Roca no simplifica la historia, es decir, no la reduce a eso: los
malos (la empresa grande) contra los buenos (artistas que quieren empezar su
propia empresa). Todo lo contrario. A pesar de lo que pueda parecer, es una
historia bastante compleja, y esto es así porque lo que narra en esta novela
gráfica es una historia real, en el mundo real.
Y debido a esto, las posibles razones del fracaso de Tío Vivo quedan un
poco a interpretación del lector, las cuales no menciono para no desvelar parte
de la obra.
La
complejidad de los personajes demuestra que Paco Roca ha hecho una gran labor
documental para crear El invierno del
dibujante. Sin ser muy cargante, en pocas líneas queda claro el pasado y el
presente de cada uno, y los diferentes intereses de ellos en la trama, lo que
hace que trasciendan del papel y se les dote de humanidad.
Pero
no todo es drama en El invierno del
dibujante, y las anécdotas, la mayoría de ellas a cargo de Manuel Vázquez (Anacleto, agente secreto, Las hermanas Gilda), son como un bálsamo
que la hace más adictiva.
Los dibujos
de Paco Roca son muy buenos, fidedignos a los personajes reales, llenos de
detalles, reflejando a la perfección el ambiente de la época. Todo es auténtico:
anuncios, bares, hasta las diferentes revistas en los quioscos… da la sensación
de estar paseando por la
Barcelona de los años 50.
Como
lector de cómics que se inició en la niñez con los personajes de Bruguera, esta
novela gráfica tenía que leerla, y me ha dejado con cierta sensación de
añoranza por un tiempo que me parecía mágico y unas historietas que me
chiflaban.
El invierno del dibujante está editado por Astiberri Ediciones, con una encuadernación en
cartoné, e incluye un artículo del propio Paco Roca y otro del guionista
Antonio Guiral, así como una breve biografía de cada uno de los personajes que
tienen protagonismo en la historia. Pero lo más original, para mi gusto, es
cómo el papel es de un color distinto para cada una de las estaciones del año:
gris para el invierno o sepia para el verano, por ejemplo, que influye en la
luz de los colores dando bastante realismo a la atmósfera.
En
fin, una novela gráfica muy buena, con momentos agridulces, bastantes recuerdos
y hecha con mucho cariño.
Título: El invierno del dibujante
Autor: Paco Roca
Editorial: Astiberri Ediciones
Páginas: 128 páginas. Color.
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