“Un detective camina por la calle. Llueve. Ve un
anuncio de un gato perdido. Un minuto después ve al gato de la foto. Lo recoge
y llama al número del anuncio. Le responde una mujer. Se presenta en su casa y
le devuelve el gato. Ella le invita a un café y a refugiarse de la lluvia.
Empiezan a hablar y descubren que los dos tienen mucho en común. Los dos están
divorciados y viven solos. Unos días después él la invita a cenar. Ella acepta.
Él llega a la hora acordada. Ella no. Llama a su casa, pero no le responden.
Pregunta a los vecinos. No la han visto. Ha desaparecido…”
Jason (Yo maté
a Adolf Hitler, La isla de los cien
mil muertos) es un autor noruego establecido en Francia amante del género
detectivesco y noir que plasma en la mayor parte de su obra, y El gato perdido es una de ellas. Jason
intercala viñetas repletas de conversaciones con otras totalmente mudas, en las
que la narración pasa a las imágenes, muy del estilo del cine del norte de
Europa. Y es que el autor siempre da un toque cinematográfico en sus obras.
Hablar del argumento sin hacer spoiler es
complicado, pues utiliza a modo de MacGuffin dos casos que el detective Daniel
Delon está resolviendo para distraer de la verdadera historia, de la cual va
dando pistas a lo largo de la narración. Pero de lo que sí se puede hablar es
del tema en el que se centra la obra, que es la soledad y la idealización de la
persona amada.
Al dibujo de animales antropomorfos característicos
de Jason se añaden unos rostros casi inexpresivos, así como ausencia de muchedumbres
en las viñetas, incluso en los lugares donde cabría esperarlas. Estos aspectos
más el uso de una narración fría y escasa en palabras, característica de los
autores del norte de Europa, transmiten ese sentimiento de soledad de casi
todos los personajes.
Y esa sensación de soledad, más el miedo a los
cambios, es lo que hace que el personaje idealice a la persona amada, en este
caso, la dueña del gato perdido, una librera con la que conecta desde el primer
minuto, pues se podría decir, a raíz de este primer encuentro, que comparten
muchas cosas, son tal para cual. A ojos de un observador, harían muy buena
pareja.
En pocas viñetas, tras la ilusión del encuentro, la
frustración de la pérdida, antes de llegar a convivir y por ende, dar pie a conocer
a esa persona. Y como consecuencia, la idealización, que llevará a un final
aparentemente gracioso, pero que en el fondo es totalmente desgarrador. La
obsesión por la pérdida, uno de los mensajes de esta novela gráfica, es vista a
través de dos historias: la del propio protagonista y la de un cliente en uno
de los casos que acepta investigar.
El gato perdido es una buena historia de suspense que
mezcla géneros de una forma hábil. Quizá, la forma de mostrar la autentica
trama al final de la obra sea un tanto brusca. Pero esto no desmerece para nada
el resto de la historia.
El gato perdido está publicado por Astiberri en rústica con
solapas, como si de una novela negra se tratase.
Aparentemente simple, pero que podría tener varias
lecturas, es un cómic muy recomendable.
Título: El gato perdido.
Autor: Jason.
Editorial: Astiberri.
Páginas: 160 páginas. Color.
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